Salsa bechamel
La Salsa Bechamel tiene su historia, la de su creación y la de su elaboración. Sobre la primera os invitamos a que conozcáis tres versiones que nos cuentan en Historia de la Cocina, y sobre la receta de la salsa bechamel, la vemos a continuación.
Según Michel Roux, la salsa bechamel clásica se hacía con ternera, una versión similar es la bechamel que hacemos nosotros para nuestros canelones, en la que incorporamos el jugo de rustir la ternera, le aporta un sabor excelente.
Pero vamos a por la bechamel básica, una salsa madre que tiene como base el roux. Nosotros generalmente le incorporamos cebolla a la bechamel, nos gusta más, pero este ingrediente es opcional y a gusto de cada uno.
Los ingredientes para hacer la salsa bechamel son ½ litro de leche, 50 gramos de mantequilla, 50 gramos de harina (se puede poner mitad de Maizena, la hará más suave), sal, pimienta negra y nuez moscada. Según a qué elaboración se destine la salsa bechamel, puede ser necesario hacerla más líquida o más espesa, entonces sólo habrá que disminuir la cantidad de mantequilla y harina, siempre de forma proporcional, o por el contrario, y sobre todo si se hace sobre la marcha, añadir más leche.
Si incorporas cebolla a la elaboración de la bechamel, lo ideal es que esté rallada para después no encontrar los trocitos. La leche conviene que esté caliente cuando la agreguemos al recipiente en el que tenemos el roux, así que ponla a calentar en un cazo antes de empezar (o en el microondas).
Para hacer la salsa bechamel, derrite la mantequilla en un cazo o sartén antiadherente a fuego medio, a continuación incorpora la cebolla y cuando esté transparente, retira momentáneamente el cazo del fuego y agrega la harina, mueve con una cuchara de madera mezclando bien y procurando disolver los posibles grumos que aparezcan.
Pon de nuevo el cazo al fuego a temperatura baja e incorpora la leche caliente removiendo con la cuchara de madera o las varillas, lleva a ebullición sin dejar de remover hasta conseguir una salsa homogénea y cremosa. Sazona con sal, pimienta negra recién molida y nuez moscada, mezcla bien y retira del fuego.
Si no vas a utilizar la bechamel en el momento, mantenla caliente en un recipiente al baño María, pon unos trocitos de mantequilla en la superficie para evitar que se forme una costra. En caso de que te sobre bechamel o la hayas preparado con mucha antelación, puedes conservarla en el frigorífico (una vez fría), en un recipiente cerrado herméticamente, hasta el momento usarla.
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