Mataharis crítica película
País: España. Año: 2007.
Duración: 95 min.
Género: Drama.
Interpretación: Najwa Nimri (Eva), Tristán Ulloa (Iñaki), María Vázquez (Inés), Diego Martín (Manuel), Nuria González (Carmen), Antonio de la Torre (Sergio), Fernando Cayo (Valbuena), Adolfo Fernández (Alberto), Manuel Morón (Samuel), Mabel Rivera (mujer engañada).
Guión: Icíar Bollaín y Tatiana Rodríguez.
Producción: Santiago García de Leániz y Simón de Santiago.
Música: Lucio Godoy.
Fotografía: Kiko de la Rica.
Montaje: Ángel Hernández Zoido.
Dirección artística: Josune Lasa.
Vestuario: Estíbaliz Markiegui
Esta es una película de mujeres cuya profesión es investigar
Inés, licenciada en periodismo, con vocación detectivesca, es enviada a una empresa para que investigue a dos empleados, con tal mala suerte que acaba enamorada de uno de ellos. Su afán justiciero no le deparará nada bueno.
Nuria, ya en la cincuentena, tiene el culo pelado, está casi de vuelta de todo, y relativiza las cosas, es testigo presencial del hundimiento de su matrimonio, al que ninguno de los cónyuges está dispuesto a achicar el tedio que les ahoga y consume.
Así las cosas, vamos viendo las investigaciones respectivas, y al final la profesión de estas mujeres acaba siendo algo secundario porque lo que está en juego, son las relaciones de pareja, y cómo estas con el paso de los años, y la convivencia se van enfriando; la falta de comunicación, trabajos absorbentes o la nula complicidad hace que nada se sepa de quien comparte el lecho con ellas.
Las interpretaciones son decentes, tanto de ellas, Najwa Nimri (Eva), María Vázquez (Inés), Diego Martín (Manuel), Nuria González (Carmen), como de ellos Tristán Ulloa (Iñaki), Diego Martín (Manuel), los diálogos son verosímiles, tanto que parecen de manual, los demás aspectos técnicos están a la altura, algo por otra parte normal, estando tras la cámara Iciar Bollaín.
Pero al contrario que la reciente La soledad, el problema que le encuentro a la película es que todo queda desvelado, resulta demasiado evidente y palmario, no hay una corriente subterránea que alimente la trama, esa tensión que se siente pero no se ve, que tan bien conseguía la película citada. Es lo que no se ve, lo que se intuye, lo latente lo que hace volar nuestra imaginación y por eso a pesar de que Mataharis, logra transmitir imágenes poderosas y naturales como la vida misma, a mí cuando menos me ha dejado bastante indiferente, porque a pesar de lo que se cuenta es dramático, triste, desolador, la mirada de la directora, me parece más la de alguien que ha hecho más la película con la cabeza que con el corazón. Por cierto, guarda similitudes, en el ámbito laboral, con En un mundo libre, cuyo guionista, Paul Laverty es el marido de Bollaín.
por Popeye Doyle
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