martes, 10 de abril de 2012

La luz no hace más que enfurecer a esos perros enloquecidos


La luz no hace más que enfurecer a esos perros enloquecidos
que no son exactamente las mañanas,
sino lo que ellas alumbran o provocan:
la memoria de dientes amarillos,
el remordimiento de fauces rencorosas
el miedo de letal aliento gélido.
Hay mañanas que no deberían amanecer nunca
para que la luz no despierte lo que estaba dormido,
lo que estaría mejor dormido

Otoños y otras luces de Angel González

No hay comentarios: