viernes, 1 de abril de 2011

Canino

Canino (Kynodontas 2009)

Título original: Kynodontas.
Dirección: Yorgos Lanthimos.
País: Grecia.
Año: 2009.
Duración: 94 min.
Género: Drama.
Interpretación: Christos Stergioglou (padre), Michele Valley (madre), Aggeliki Papoulia (hija mayor), Mary Tsoni (hija pequeña), Christos Passalis (hijo), Anna Kalaitzidou (Cristina).
Guión: Yorgos Lanthimos y Efthimis Filippou.
Producción: Yorgos Tsourgiannis.
Distribuidora: Avalon Productions

Como se puede apreciar, no sé bien si porque son fechas donde uno intenta disfrutar más de las horas de luz en la calle, la piscina, o por ahí viajando, o bien porque la cartelera lleva ya unas cuantas semanas ofreciendo una panoplia de películas donde el denominador común es que son todas bastante malas, hacía ya un tiempo que no escribíamos nada en la blog. Hasta que vi Canino y me fue dable de nuevo acometer el teclado.

Me ha causado desazón y placer cinéfilo el visionado de esta película. Película rara y singular donde las haya. Canino es de esas películas que hacen que las pupilas se ensanchen hasta lo infinito, mientras nuestro cerebro se pregunta si lo que vemos es un chiste malo o una reflexión sobre nuestra existencia, y en ese balanceo se mueve toda la película. De entrada vemos a unos jóvenes, cuya apariencia es la de unos adultos, a quienes parece les falta un hervor, escuchar definiciones en un magnetofón, que nada tienen que ver con la realidad.

La casa en la que moran es una fortaleza, donde el cabeza de familia junto a su mujer, tratarán por todos los medios que su hijo y sus dos hijas, no tengan contacto con el exterior, que nada les contamine, y esa búsqueda de la pureza, supone algo todavía peor, pues incide en el incesto, en relaciones sexuales previo pago que desvinculan el sexo de cualquier sentimiento, y en unas relaciones familiares turbias y opresivas, que explicitan un ambiente irrespirable, asfixiante, propio de las producciones de Haneke, donde los personajes deambulan por un suelo quebradizo, redefiniendo a cada momento el contorno cortante de la cordura.

Actores y actrices muy inspirados, un guión magistral y una puesta en escena, cuyas imágenes provocan rechazo por lo poco convencional del modo de proceder de los protagonistas, supone una plausible muestra de como el mundo de cada uno muchas veces se reduce a una casa, a una idea, a un pensamiento, y son esas cárceles físicas o mentales las que impiden el desarrollo personal, el crecimiento espiritual, el goce de la libertad total y plena que nos permite vivir y equivocarnos, aprender de nuestros errores, liberados entonces de ese padre o estado que con su afán de protegernos sólo logra destruirnos.

Es Canino una película que merece la pena ver. Las películas griegas que llegan a nuestras carteleras estos últimos años podrían contarse con los dedos de una mano y nos sobrarían varios dedos. Si lo que nos llega es como Canino estamos de enhorabuena. La premiaron en Cannes. Lo merecía.

Popeye Doyle

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