El Fantasma
Allí estaba, junto a la mesita, era una sombra oscura de la estatura de un niño. No se veía más que eso, un manchón de oscuridad, la silueta de una cabeza, un sólo hombro y un torso delgadísimo.
Sin pensarlo lo sujeté abrazándolo, una voz en mi cerebro gritó:- ¡Soltáme papá! Mientras sentía su espesor de almohadón de plumas intenté encender la luz con un codo.
Él intentaba escurrirse, y en mi cabeza repetía la misma frase. Logré encender la luz. Sólo sentí el frío del piso en mis pies, él ya no estaba.
Me dejó la sensación de haber abrazado un sueño que no fue…. Perdido, sin duda, en la doliente oscuridad de la memoria.
Soñamos. Y quizás todo sea así.Un torbellino incomprensible de dónde todo sale y a dónde todo llega.Un grupo de animales que evolucionan hacia un dónde.O una sucesión deshilachada de torpes fragmentos de nada.