Este puede ser el poema
para el amigo que fue y que se fue
hace ya mucho tiempo.
Hoy, que después de diez años ha muerto
me viene a la memoria su recuerdo
la tristeza y la soledad en que quedé
al desaparecer sin una mirada, sin un gesto.
Mil pájaros negros me habitaron
al quedar sola con la vida y el tiempo
y como ambas cosas se acompañan
he seguido mi camino
abandonando en la cuneta el fardo de su olvido.
No le dije adiós ni le conté mi vida
mi desamor ocupó el resto de sus días
ahora que se ha ido me ha alegrado saber
que la muerte le ha vencido mientras aún dormía.
Dejar así la vida es lo que deseo
a cualquier buen amigo.
Escrito por Musaraña
Benacazón, 30.05.1996
No hay comentarios:
Publicar un comentario