miércoles, 21 de marzo de 2007

Soneto

Mírame en ti. Mi efigie verdadera
se esconde en tus pupilas y en la albura
de esa imágen sin cuerpo que perdura
cuando el trazo más nítido se altera.

Sólo existo en tu amor. La Primavera
que en mis labios descubre tu ternura
florece para ti y es mi hermosura
el signo luminoso de tu espera.

No busques en el agua mi reflejo.
Eres tú sólo el invisible espejo
donde oculto mi auténtico retrato.

Al quererme creaste mi belleza
y ahora tu afán sin brújula tropieza
con la mentira cuya ley no acato.

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