Las Leyes de la Robótica
En ciencia ficción, las tres leyes de la robótica son un conjunto de reglas escritas por Isaac Asimov, que la mayoría de los robots de sus novelas y cuentos están diseñados para cumplir. En este universo, las leyes de la robótica son formulaciones matemáticas impresas en los senderos positrónicos del cerebro de los robots, que puede enunciarse verbalmente, sólo convencionalmente, de la siguiente manera:
Primera Ley:
Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
Segunda Ley:
Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
Tercera Ley:
Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
A primera vista, estas reglas nos conducen al esclavo perfecto. Obediente y sumiso, un robot no sólo nos obedecerá ciegamente, sino que además será incapaz de hacernos daño e incluso se protegerá a sí mismo. La realidad será diferente, pues Asimov, a lo largo de toda su obra será capaz de demostrarnos la imperfección de estas 3 leyes doblándolas y redoblándolas, estirándolas hasta el punto de ruptura, para hacernos ver desde un punto de vista filosófico y lógico, que la realidad es bien distinta, ya que sin quebrantar estas leyes, en determinadas circunstancias, se llega a resultados "no esperados" a priori.
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