sábado, 21 de diciembre de 2013

Versos blancos para mujer alba

Este abril se ha agarrado a los paraguas
igual que mi madre lo hizo a la muerte,
hace un año, cuando se me escapó
entre los labios tras doce minutos
que aún me saben a la leche caliente
y azucarada que había tomado antes.
Porque las manillas de aquel reloj
las afilé con el paladar dulce;
¡Un contrasentido! Que sólo entiende
este hijo que buscó un aire en un pecho
que se escapaba ya hacia los pinares
donde el aroma a hierba y a madera húmedas
murmuraba el "Réquiem de un tal Mozart"
al olor de la estepa y el enebro
por aquella mujer que era cándida
cual sábana limpia de hilo fino
sobre el cuerpo de un recién nacido.

Alberto Ibáñez Martín

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