martes, 12 de julio de 2011

LA BELLEZA

Yo soy bella, ¡oh mortales! , como un sueño de piedra.
Mi seno -donde el hombre se desangra y expira-
mudo, infinito amor al poeta le inspira,
coronada de rosas lo mismo que de yedra.

Campea en el azul -esfinge impenetrable-:
bajo alburas de cisne llevo un alma de nieve;
odio los movimientos que las líneas remueve;
lo mismo ignoro el llanto que la risa inefable.

Los poetas, absortos frente a mis actitudes
-que asumidas parecen de altivas magnitudes-
consumirán sus días sondando las edades;

que tengo para embrujo de amadores tan fieles,
-espejos que trasmutan las guijas en joyeles-
mis ojos, grandes ojos, de eternas claridades.

Charles Baudelaire

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