Canon Digital
Que no se engañe nadie, el canon digital no está destinado a proteger la propiedad intelectual de los músicos, artistas y creadores. Me considero esas tres cosas, pero pertenezco a la categoría de los que, si venden más de 50 discos al año, estoy satisfecho y siempre que mi disco se oye (aunque nadie haya pagado por él) lo agradezco. No vendo millones de copias. Pero créanme, somos muchísimos más pertenecientes a esta categoría que a la otra.
Esta medida está solamente destinada a proteger los beneficios de las distribuidoras, las discográficas. Las distribuidoras en realidad son los top manta oficiales porque al fin y al cabo hacen lo mismo: copiar un producto, venderlo y pagar muy poco de lo que recaudan al artista.
Por cada disco mío que venden (producidos íntegramente por mí), de los 18-20 euros que cuesta un disco en un puesto de venta, el vendedor se queda unos 6-7 euros, la distribuidora otros 6-7 euros y el resto se divide entre el sello y yo. Es decir, que gano aproximadamente 3 euros por disco, cuando pagué bastante más por hacerlos.
Estaría encantado de que un top manta le hiciera 10.000 copias a mi disco y lo distribuyera, tendría difusión sin haberme gastado nada. Ésas son las dos realidades en el mundo de la música, y la mía representa a la amplia mayoría.
Creo que es importante concienciar al público en general que hacer un disco cuesta mucho trabajo y esfuerzo, pero mucho más a los que no vendemos muchos. Me temo que la pregunta que cabe hacerse es: si los millones de fans de un músico no están dispuestos a pagar el precio de un disco suyo, ¿por qué tenemos que pagarlo a través del canon digital los que no tenemos ningún interés en su música? ¿No significa esto, en una sociedad de libre mercado, que quizás el disco no valga su precio.
DANIEL DEL PINO GIL - Guadarrama, Madrid - 02/07/2008
EL PAIS
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