Descubro sin sorprenderme que irradias seguridad
y digo sin sorprenderme, porque es la misma de antaño,
esa que me permitía apoyarme siempre en ti,
decidir las decisiones que tú elegías por mí,
mirarte antes de reírme por ver si podía reír.
En ningún caso querías que yo me portara así
pero yo erre que erre me vivía sin vivir.
Llegó un día y me dejaste, cortaste las ataduras
te desprendiste de mí y a partir de ese momento
supe lo que era vivir
Escrito por Musaraña
“El Acebuche”. Doñana 04.03.90
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