Miss Potter (2007)
Deliciosa película. Un soplo de sencillez y ternura dentro de la multitud de filmes sofisticados e insensibles que se nos presentan cada fin de semana en la cartelera.
Tenía un grato recuerdo del australiano Chris Nooan desde que disfruté como un niño con su ‘Babe, el cerdito valiente’. Su estilo de dirección me pareció relajado, sin estridencias, y con una capacidad envidiable de transmitir paz incluso en los momentos más dramáticos.
La lástima es que esta impresión sólo la podía sacar de la única película que hasta esa fecha había realizado con éxito. Este director ha estado cerca de 12 años sin asomarse de nuevo por la gran pantalla, y los tiempos cinematográficos han cambiado mucho, así que estaba dudando si realmente podría darnos otra vez una historia a la misma altura que su antecesora.
Tengo que decir que no me ha defraudado en absoluto. ‘Miss Potter’ es un precioso cuento de amor, puro y blanco, desarrollado en una época en la que ser mujer soltera e independiente estaba mal visto.
A través de la película podréis conocer uno de los episodios más intensos de la vida de Beatrix Potter, la famosa escritora e ilustradora británica de literatura infantil, creadora entre otros del personaje de Peter Rabbit. Potter fue una mujer de férrea educación, inteligente y carismática, que tuvo que luchar contra los convencionalismos del momento en el que vivió, a principios del siglo XX, y que consiguió su éxito literario gracias a la devota ayuda del editor novel Norman Warne, con el que mantuvo el primer romance de su vida.
Este amor de pasión contenida por las normas sociales es tratado por Nooan con un cariño inusual en el cine actual. No estamos hablando de una película sensiblera, de esas que utilizan recursos fáciles para sacarte las lágrimas. Estamos hablando de un filme de relaciones inocentes y educadas, tratadas con una naturalidad que hoy en día a más de uno le podría resultar ridícula, pero que dentro del contexto en el que se nos cuenta no lo es.
Para ser justos, hay que decir que el éxito de esta atmósfera tan romántica no es sólo obra de su director. El increíble trabajo del reparto de actores que la representan complementa a la perfección la labor del realizador australiano, y contribuye felizmente a que pasemos unos 92 minutos que para mi fueron demasiado cortos.
Renée Zellweger interpreta con dulzura a una Beatrix Potter con firmes ideas, propias de una mujer adulta e independiente, pero con un alma infantil que le lleva a hablar con sus queridos personajes de cuento, e incluso a verles con vida. En este punto, la animación de los dibujos inspirados en los de la auténtica Potter es una licencia también infantil que se toma Nooan, que a algunos le parecerá fuera de lugar, pero que a mi entender es necesaria para transmitir esa vinculación tan grande de cariño y amistad que tenía la escritora con esos personajes.
Por su parte, Ewan McGregor borda el papel del editor Norman Warne, un recién llegado al mundo de los libros, de especial sensibilidad, que inicialmente se vuelca en la publicación de los cuentos de Potter por ser su primer encargo en la empresa familiar, y que progresivamente se va enamorando de esos personajes de su principal ilustradora, y finalmente de la propia autora.
La química entre ambos actores es evidente. El deseo imposible de estar juntos, impedido por los padres de Potter, magníficamente interpretados por Bill Paterson y Barbara Flynn, y por una inoportuna señora de compañía, lo que llamamos nosotros una ‘escopeta’, Miss Wiggin, a la que da vida una casi muda Matyelok Gibbs, contagia claramente al espectador. Ese es el mayor logro de la película.
El complemento ideal a esta relación lo pone Emily Watson, como Millie Warne, la hermana del editor. Esta mujer es una maravilla de actriz, así que poco le cuesta construir un personaje tan vital y necesario para este film.
Si a todo este buen hacer le añadimos unos paisajes escoceses de una belleza impresionante y una ambientación de época magistral, os encontraréis con una película que seguro se os quedará en la memoria durante bastante tiempo. Se agradece una pausa tan relajante en el cine de estruendo y artificio en el que actualmente nos movemos.
Una recomendación: llevad a vuestras madres o abuelas a verla con vosotros/as, que seguro le haréis un regalo.