Deslindar la frontera de la noche y no encontrar tus ojos
querer decir palabras y sólo hablar silencios
asumido el silencio volver a las raíces,
y a golpes de latidos imprevistos asomarse a la sangre,
y en su flujo dejar que huyan los sueños.
Abandonar el camino todo
aprender a vivir en soledad hasta perderla incluso a ella
y amanecer mañana definitivamente sola.
Escrito por Musaraña
Benacazón, 29.02.1996
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