lunes, 9 de abril de 2012

El primer poema


Llegó a la vida el hombre, desnudo y solitario,
descalzo en las arenas, mirando en lo alto al cielo.
Parécele que aquello es algo extraordinario
y al no poder besarlo descubre el desconsuelo.

Después halla una flor, tan bella que la hiere,
para llevar por siempre consigo su belleza,
y al ver que se marchita, que lo que se ama muere,
descubre que en su pecho existe la tristeza.

Sintiéndose pequeño, efímero, con pena,
descubre otro deseo que el alma le condena:
hablar de esos temblores que el corazón pronuncia.

Entonces con los dedos furiosos en la arena
dibuja sus metáforas de finitud y pena
naciendo así en el mundo el arte y la denuncia.

(Del poemario Madrigal triste, 2005)

por Alejandro Marzioni

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