lunes, 27 de agosto de 2007

El Discóbolo ...

Catalogación: Estatua original de bronce atribuida a Mirón (Miró)
Dimensiones: altura 1,60 m.
Estilo griego clásico, cronología aproximada: Siglo V aC. 460 aC.
Localización: Museo Nazionale Romano, Italia, y varias copias más en otros museos y lugares.
El discóbolo (Lanzador de disco) fue en origen, como muchas otras obras griegas, una escultura de bronce, que sólo conocemos a través de copias romanas en mármol. Representa un notable avance en la representación del movimiento, rompiendo con la formalidad y el hieratismo de la escultura griega anterior. Para ello se elige el momento crítico en el que el atleta se dobla hacia delante, en una postura de gran tensión y concentración, antes de girar para lanzar el disco.
Decimos que el momento es crítico por varios motivos, en primer lugar podemos observar que la posición del cuerpo es inestable, sólo se comprende en un contexto de movimiento continuado, en segundo lugar la colocación de brazos, piernas, tronco y cabeza responden al justo momento de iniciar el esfuerzo final de salida del disco, todo el cuerpo se tensa y concentra para dar la mayor velocidad posible al disco.
El equilibrio es también intencionalmente crítico, es un momento puntual, como una foto realizada a alta velocidad, congelando el tiempo. La composición, está construida sobre el equilibrio inestable de dos arcos que se cortan, el primer arco está formado por los brazos y hombros, hasta el pie levantado. El segundo arco lo forman la cabeza, la espalda y una continuación hacia el pie que sostiene la mayor parte del cuerpo.
A partir de estos dos arcos la figura se desarrolla siguiendo una linea quebrada desde el disco hast
a el pie levantado. El Discóbolo no representa el momento en el que la acción está terminada, sino un instante fugaz de la misma. Su belleza deriva de la magnifica composición geométrica.
A pesar de estos prodigios compositivos, la figura no rompe del todo con el estilo severo, podemos observar que la expresión de la cara no se corresponde con el esfuerzo del momento, y que a pesar del evidente movimiento, la composición sigue pecando de una cierta frontalidad, muy apreciable si se observa el Discóbolo desde una posición lateral.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues pongo otro a ver que pasa jejeje...