viernes, 9 de septiembre de 2011

¿Por qué está triste el gato azul?

Érase una vez una dulce muchacha que gustaba de pasear por el campo. Pero un día, en uno de sus paseos, se encontró con un gato triste y azul. Sintió pena por él, así que se lo llevó a su casa y lo adoptó. Le dio los mejores cojines para descansar, le compró el mejor alimento, pagó al mejor veterinario para que curara sus heridas. Luego de varios días, el gato triste y azul pasó a ser un gato alegre y azul.
Cierto día, justo al amanecer, la muchacha se sintió observada desde el borde de su cama. Abrió los ojos y se encontró con un apuesto príncipe azul.
– Joven de buen corazón – dijo el príncipe. – No temas. Yo era el gato triste y azul al que generosamente acogiste en tu hogar. Tu amor abnegado me ha liberado de un hechizo perverso que me mantenía transformado en una humilde mascota.
La joven permanecía muda y con los ojos bien abiertos.
– Ahora, – prosiguió el príncipe – si tú me aceptas, me gustaría casarme contigo y corresponder al amor y el cariño que me has entregado.
– ¿Estás… estás seguro? – respondió estupefacta la joven.
– Completamente, amada mía.
– ¿A pesar de que te hice dormir en la terraza?
– Por supuesto. Los mullidos cojines y mantas que me proporcionaste me mantuvieron cálido.
– ¿Aunque te diera pienso para comer?
– No sabías que era humano. Además, cualquier bocado proveniente de tu mano me sabe a gloria.
– ¿Incluso aunque te llevara a vacunar?
– No me importó en absoluto. El veterinario me trató tan bien que me quedé dormido de puro gusto.
– Eso… fue por la anestesia.
– ¿Anestesia? ¿Por qué me pondrían…?
– ………………………………….
– ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOO!!!

Publicado el 23 mayo 2010 por Zilniya


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