jueves, 28 de agosto de 2008

El Increíble Hulk (2008)

El Increíble Hulk (2008)

Cinco años después del amado y odiado - a partes desiguales- ‘Hulk’ de Ang Lee, nos llega una ‘nueva versión/secuela’ con equipo técnico y reparto nuevos. Poco tienen que ver la una con la otra salvo por -a grandes rasgos- los conflictos que rodean al personaje principal.

Teniendo ya fresca en la memoria la anterior adaptación, en ‘El Increíble Hulk’ el guionista se ha ahorrado preámbulos innecesarios para poder atajar al film desde el punto que interesa, es decir, desde el momento en que nuestro protagonista, Bruce Banner (Edward Norton), alejado ya de su tierra y de sus seres queridos, busca un remedio para su ‘enfermedad’. El cómo se convirtió en la enorme masa verdosa y el cómo llegó a esta situación de aislamiento, se explican mediante flashbacks en los créditos iniciales, informando así al espectador no erudito del ‘nacimiento’ del personaje.

Hechas las presentaciones, el film arranca mostrándonos a Bruce (Edward Norton) en su obligada nueva vida, trabajando en una fábrica como un ciudadano normal y corriente e intentado pasar desapercibido. En la intimidad, Bruce practica el autocontrol de su ira para no transformarse en Hulk, mientras que intenta por todos los medios encontrar algún antídoto que contrarreste por completo la radiación que hace que se convierta en un monstruo.

Para avanzar en las investigaciones necesitará la información del proyecto causante de ’su Mr. Hyde’ y por ello se verá obligado a volver a EE.UU. Una vez allí se reencontrará con las personas de su pasado, desde viejos enemigos como el General Ross (Williams Hurt) hasta su único y gran amor, Betty Ross (Liv Tyler), pasando por un nuevo villano, el agente de la KGB Emil Blonsky (Tim Roth), el encargado de capturarlo.

A partir de este momento las cosas se le irán complicando a Bruce, ya que el ruin General Ross está dispuesto a todo para atraparlo sin importarle que la vida de su hija (Betty Ross) corra peligro.

Louis Leterrier, el director, tiene en su currículum películas de acción como la saga ‘Transporter’ o ‘Danny The Dog’, lo que le da cierta ventaja a la hora de filmar las trepidantes secuencias de acción que aquí se dan cita. No obstante y por suerte, el guión firmado por Zack Penn (’X-Men 3: La decisión final’) da suficiente endereza al film como para que este se sustente no sólo en la acción sino también en una acertada historia dónde los personajes y sus conflictivas relaciones aportan su granito de arena. De esta manera, la cosa no se queda en un simple y vacío producto lleno de fuegos de artificio.Podríamos decir que se ha encontrado el idóneo equilibrio entre acción y profundidad, algo que no consiguió el Hulk de Lee, que se quedó corto en lo primero y se pasó de largo en lo segundo (al menos a gusto de muchos, entre los que me incluyo).
Nuestro Bruce Banner vive un continuo infierno desde su accidente con los rayos gamma. Si no controla su ira, su Alter Ego hace acto de presencia y el caos se desata. Esto hace que los militares le persigan constantemente, sobretodo el General Ross, que quiere experimentar con él para hacer de su maldición una nueva arma para el ejército. A eso hay que añadirle la imposible relación que mantiene con Betty, un amor verdadero que encuentra en Hulk un obstáculo insalvable (algo así como King Kong y Ann Darrow).

Todos estos problemas se reflejan a la perfección en la película, de modo que además de disfrutar de los mamporros que suelta Hulk, disfrutamos también de una historia con miga en la que los personajes (la pareja protagonista, básicamente) tienen algo que hacer y decir.

Esta vez además tenemos acción por un tubo de principio a fin, dosificada a lo largo del metraje y terminando en unos 20 minutos espectaculares, donde los dos monstruos del film -Hulk y Abominación- se dan de hostias a base bien. Nadie podrá quejarse de que este enfrentamiento sea breve (como la pasó a la, pese a eso, estupenda Iron Man) o que no sea satisfactorio, ya que el cara a cara entre los dos arrasa con todo lo que se les pone por delante (vehículos, edificios…).

Además, técnicamente esta bastante lograda, disipando los temores propiciados por los primerizos trailers. A este Hulk, un tono de verde más oscuro, un pelo más estilizado, un rostro menos bruto (dentro de lo que cabe, claro), y una musculatura hipervitaminada, le dan un realismo superior al más o menos aceptable monigote verde usado por Ang Lee. Su movilidad y expresiones faciales mejoran notablemente, aunque no lleguen a ser perfectos (a veces da la sensación que es como de goma). Este Hulk también habla, poco, pero habla, al igual que también lo hace Abominación.

En cuanto al reparto, tenemos al siempre impecable Edward Norton como Bruce Banner, mejorando los antecedentes (a Eric Bana lo encontré bastante sosillo) y a Liv Tyler como Betty Ross, cuyas comparaciones con la maravillosa Jennifer Connelly son odiosas. No es que Tyler lo haga mal, todo lo contrario, pero Connelly es mucha Connelly. De todas formas, la química entre Norton y Tyler funciona, lo cual ya es un gran punto a favor.

William Hurt como el General Ross cumple de sobras con su papel, ya que tampoco se le exige más de lo que ya dio Sam Elliot en la anterior versión. Si bien hay que decir que nunca llega a inspirar la gran maldad que sí transmite Tim Roth como el agente Emil Blonsky. Y es que el Sr. Roth ya tiene una eficiente experiencia como villano (’Matar a un rey’, ‘Rob Roy’, ‘El Mosquetero’, ‘El Planeta de los Simios’) y aquí otra vez se torna más incordioso que un grano el trasero (con perdón de la expresión).

Como no podía ser de otra forma en una película de la factoría Marvel, tenemos los habituales cameos que siempre dan una pequeña alegría a los más comiqueros. Aparece Stan Lee, el creador del personaje, y también Lou Ferrigno, el popular Hulk televisivo. Dos escenas bastante simpáticas a modo de guiño.Pero además hace aparición Tony Stark/Robert Downey Jr. al final de la película, de forma que se conectan ambas películas de sendos personajes (’El Increíble Hulk’ y ‘Iron man’), consiguiendo así una coherencia argumental que sirva como procedente para una futura adaptación de ‘Los Vengadores’ (sabia estrategia, pienso yo).
En definitiva, estamos, en mi opinión, ante un nuevo logro de la Marvel, llevando a cabo (por segunda vez, eso sí) una adaptación de uno de sus personajes más famosos concebida para intentar satisfacer a todos (ya veremos sí lo logra…), tanto a los que salieron decepcionados con la versión de Ang Lee como a los que consideran aquella una excelente película.

Parece que la Marvel ha encontrado por fin la fórmula idónea para sus adaptaciones comiqueras. La cosa pasa por contratar a un reparto de primera línea y a un director con sentido del espectáculo y sin aires de grandeza. Un guión sencillo pero eficaz que equilibre la acción con la historia, profundizando lo justo en la psique de los personajes y aportando toques de humor sin caer en la parodia o el ridículo (sobre esto último, mejor me ahorro citar ejemplos de lo que no hay que hacer). Unos efectos especiales competentes hacen el resto.

Que ‘El Increíble Hulk’ esté un peldaño por encima o por debajo de ‘Iron Man’ que lo juzgue cada uno por su cuenta, pero de lo que no hay duda es que éste es el Hulk que muchos queríamos ver.

Dos horas de satisfactorio entretenimiento, con espectaculares escenas de acción, humor y guiños simpáticos (al tanto con la escena de los pantalones), un reparto convincente, un villano a la altura del héroe, un trasfondo romántico para nada empalagoso y un guión sencillito pero eficaz.

Si acaso de lo único que peca es de ser un tanto apresurada a la hora de contar ciertas cosas de la historia (ventaja y desventaja a la vez) y de dejar muy en segundo plano algún que otro personaje, como por ejemplo el Dr. Samson o incluso el General Ross.

Por cierto, la escena vista en el trailer en la que Samson y Banner comparten plano no aparece en el film, por lo que supongo será parte de esos supuestos 70 minutos de metraje eliminados del montaje final (que muy seguramente sí serán incluidos en el DVD). Y no hay escena tras los créditos finales (ni falta que hace), así que no es necesario que hagáis esperar sentados a vuestro/s acompañante/s, que por lo general tienen más prisa que tú en abandonar la sala (o eso me suele ocurrir a mí).
Pliskeen 19 de Junio de 2008

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