martes, 19 de febrero de 2008

Infiltrados (2006)


Estreno: 27 de Octubre.

Si Martin Scorsese no consigue ninguna estatuilla este año por “Infiltrados”, me borro de los Oscar. La influencia magnética que consiguen las películas de este director, cuando le da la gana, tienen muy pocos equivalentes en la actualidad. Podremos decir que un director x hizo x películas buenas. Scorsese me confirma tras ver este film que es capaz de atribuirse la mejor carrera cinematográfica de los últimos 50 años, y no exagero para nada.

“Taxi Driver”,”Toro Salvaje” y “El Cabo del Miedo” sentaron los precedentes de esa forma tan caótica y sucia al rodar. “Uno de los Nuestros” y “Casino” son dos de las cinco puntas de la perfección mafiosa junto a la trilogía de “El Padrino”. “Jo, que noche” es una comedia casi perfecta, y “La edad de la Inocencia” nos enseño que también puede ser romántico. Coged todas las mejores partes de esta lista y tendréis “Infiltrados”, un film al que no le encuentro ningún pero.

Que conste que no he visto “Infernal Affairs”, de la cual Scorsese ha hecho un remake, o una versión, o más bien no lo sé, porque tras ver “Infiltrados” se me ha antojado una enorme curiosidad por su original Asiático, del que dudo tenga más parecido que el argumento base. Tengo la impresión de que Scorsese ha hecho más suya esta película que cualquier otra, por lo que queda como mera anécdota.

“Infiltrados” puede ser catalogada como soberbia. Soberbia dirección, soberbio guión y soberbias interpretaciones. De “Gangs of New York” me esperaba más, pero nunca llegó a gustarme del todo. “El Aviador” también fallaba en el conjunto. Por eso se hace tan grande este film, donde permaneces más de dos horas enganchado a una historia de policías y ladrones con las personalidades y carismas más espectaculares de los últimos tiempos.

La historia es el mejor germen para la mente del director italo-americano. Dos chicos que terminan la formación de la Policía de Boston, si bien uno de ellos (Matt Damon) usará su puesto para alertar al mayor capo de la ciudad, Frank Costello (Jack Nicholson), al que ve como su padre, de todos los movimientos del cuerpo. A su vez, el otro (Leonardo DiCaprio), que proviene de una familia maldita, deberá acometer la difícil misión de ser el topo entre las filas de Costello. Sus trabajos se entrecruzarán hasta que la situación sólo permita el desenmascaramiento de uno u otro.

Vamos a por los principales: Matt Damon firma su mejor actuación en toda su carrera, y ya quisiera dotarle a Bourne de la personalidad y fuerza que le da a su personaje de poli corrupto. Scorsese lo ha convertido en un ca*** al que admiras con toda tu alma, por la frialdad con la que trata su trabajo de chivato, y la persuasión que utiliza con sus superiores. Sus acciones finales son acordes a su alma. Leonardo Di Caprio está sensacional, y por fin se ve la palabra “Scorsese” en su frente tras las fallidas “Gangs” y “Aviator”. Acojonado por momentos y descontrolado en otros, puede decir sin duda alguna que su mejor interpretación se la sacó el tite Marty. Impresionante de principio a fin. Atención a la escena de la tienda cutre. Scorsese 100%.

Jack Nicholson es otro mundo. Un pedazo de hijo de *** de esos que Scorsese sólo es capaz de dibujar. Amoral, sin sentimientos, sin confianza, violento, sádico y sarcástico. Da los mejores momentos del film, tanto dramáticos como cómicos. Le veo con la estatuilla en las manos, porque no existe un actor que se haya salido tanto tanto este año. Merece la pena la película sólo por verle.

Los secundarios dejan de serlo para convertirse en auténticos pilares de la acción. Martin Sheen perfecto, Mark Whalberg irreconociblemente extraordinario y Alec Baldwin en lo mejor de su vida: como darle una paliza al poli patoso de turno. Un pasote.

Con “Infiltrados” el género de mafiosos llega a su cumbre, y demuestra que el que manda es Scorsese. Violencia desagradable pero de la que no puedes dejar de mirar. Cada puñetazo en la pantalla es una mordida de labios en la butaca, no se sabe si por asco o por ganas de participar tú también. Y lo mejor, un final de desasosiego donde descubres que el director no tiene por qué ser convencional. Para qué si no lo ha sido nunca.

Larga vida a quien le toque, que el rey es Scorsese.

Bloody Will 25 de Octubre de 2006

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