jueves, 26 de junio de 2008

Sobre el camino

Hoy que por fin conoces el peso de las sombras,
cuatro cosas bastan en tu macuto de sueños.
El camino abierto está adelante.
Adelante los inmensos prados
de la esperanza que has buscado sin sosiego.
Los absortos ojos de tus hijos, adelante.

Adelante la verdadera luz
que nunca te ha cegado,
porque jamás la descubriste, aunque la ansiaras.
Detrás, no mires, una senda cortada por nostalgias
y escombros derribados de la ruina que fuiste.
¡No mires! ¡Edifícate a ti mismo lejos de las sombras!

No te rompas de nuevo. No te rompas,
que el cierzo salvaje de tu amor no te destruya.
Planta fuerte y estructura tu vida desde abajo
porque aún puedes.

Afronta cada día como un reto que puedes superar.
Quiere…
¡Quiérete a ti mismo como si fueras otro,
porque quizá no te conoces!

¡Acumula, para ti, un poco de la energía que derrochas;
echa a andar y arroja esos fármacos!
Al final del camino encontrarás
a los seres perdidos durante el trayecto,
no pienses tanto en ellos:
Van contigo siempre, pero no les descubras.
¡Descúbrete tú y ámate entero!

Antonio Pérez Morte.
Poema inédito.
Noviembre 2005.

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