lunes, 21 de abril de 2014

Poema del círculo

Todo lo que decimos 
da vueltas y más vueltas 
rueda desde nosotros a nosotros 
baja por la pendiente 
que llamamos espalda mundo ser 
da vueltas y más vueltas 
para encerrarnos juntos 
en la bola de nieve en el alud 
de círculos que van por la ladera 
creciendo y retumbando 
aplastando lo frágil 
la huella de los lobos 
y al Viejo Excursionista expulsado del cielo.

II
Y lo que no decimos
da vueltas y más vueltas
gira sobre sí mismo 
en loca rotación que provoca una llama 
invisible un incendio 
que se extiende imparable por un bosque
ocupado por seres que no existen 
por seres imposibles o vacíos 
habitantes M cero o de la nada 
que escuchan temerosos 
el no-chisporroteo de las llamas 
y ponen sus no-piernas a correr
estampida de huecos 
que buscan una forma donde estar 
a salvo del no-bosque que se quema 
una forma o palabra o barro o nota 
el estruendo de un círculo bajando una montaña 
que aplaste lo más frágil la huella del Silencio.

III
Todo lo que decimos o callamos 
da vueltas y más vueltas 
abrazo de espirales 
que giran enredándose 
las curvas enlazadas a las curvas 
remolino de curvas 
que forman la palabra y su silencio 
agujero que busca sus paredes de vidrio 
para llamarse vaso 
tierra que busca el aire para llamarse halcón 
remolino de círculos que escapan de sí mismos 
de círculos abiertos enganchados forzándose 
a decir lo que callan y a callar lo que dicen 
no-palabra que busca que alguien la pronuncie 
para llamarse tiempo 
y palabra que busca la mano que la borre 
para llamarse amor
no-palabra y palabra que se enredan 
mientras van por el aire 
y se olvidan de qué estaban buscando 
y se rozan se frenan se detienen de pronto
un círculo o tifón dormido en el vacío 
un círculo al que un ojo sueña desde el vacío.

IV
Un círculo y un ojo que se miran despacio 
mientras ruedan inmóviles
la ladera hacia arriba 
y aplastan lo más frágil 
algo que estaba en ellos y dejaron caer 
un punto una pupila 
el centro de sí mismos 
algo que estaba en ellos y ya no necesitan 
pues ya no son palabra 
o no-palabra sino tiempo y amor
un círculo incansablemente quieto 
que se evadió del punto o centro o Dios 
y que ahora lo aplasta en el ahora.

Jesús Aguado

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