sábado, 20 de noviembre de 2010

Dame un móvil inteligente y moveré el mundo

El 'smartphone' es el mayor depredador de la nueva era industrial
- Tras 'comerse' agendas, despertadores, radios, MP3 o cámaras,
amenaza ahora al GPS, las llaves y la tarjeta de crédito

Arqueólogos y antropólogos de Atapuerca tratan de descifrar en cada huesecito la vida de aquellos homínidos del Pleistoceno. Antropólogos de Nokia rastrean huellas de los homóviles, gente que con su teléfono-herramienta solventa las actividades cotidianas en el siglo XXI. Florentino es carne de antropólogo. Comparte colchón con iPhone. "Es lo último que necesito antes de acostarme y lo primero al levantarme".

Antropólogos de Nokia rastrean lo que hace la gente con sus terminales
Se podrán leer desde el teléfono los contadores de luz, gas y agua
En un año se verán las revistas en el móvil con pantallas desplegables
El secreto son las aplicaciones: muchas empresas desarrollando cosas

En España hay más móviles que habitantes, pero la cuestión no es el salto del teléfono fijo al móvil, sino del móvil al smartphone, el teléfono inteligente que va comiéndose a otros aparatos, grandes o pequeños. Primero ocurrió con la agenda electrónica, pero detrás, poco a poco, a medida que mejora la tecnología del teléfono y la confianza del homínido en él, otros aparatos parecen en peligro de extinción.

Los expertos dicen que aún estamos en los primeros peldaños de esta civilización, aunque la velocidad del fenómeno les pilla desprevenidos a ellos mismos. Valgan dos datos para calibrar esta revolución social: en el último trimestre, las ventas de smartphones en el mundo crecieron un 96%; dos, en España la banda ancha del móvil sobrepasa en número a los hogares con esta misma conexión a Internet. El smartphone no es un capricho de ricos, sino, para muchos, una primera necesidad.

"Estoy en mi tienda y me acabo de matricular en la Escuela Massana desde mi móvil. Información, inscripción y transferencia del dinero", cuenta Florentino Vázquez, el joven que duerme siempre con su iPhone, y a veces con su novia.

A sus 33 años, es dueño de las tiendas de ropa Maduixa y, por supuesto, la agenda va en su móvil. "Desde que tengo el smartphone no me olvido de las citas con el médico, la alarma me avisa un día antes". Muy aficionado a la música, ha dejado la radio y hasta el reproductor MP3. "Con Spotify me vale; pago algo y tengo música sin fin". Tampoco tienen cámara de fotos: "Pero sí una aplicación para dar un efecto retro a las fotos que hago con el móvil". La factura mensual de Vázquez asciende a 80 euros, entre llamadas de voz y tráfico de Internet.

Los fines de semana Carlos Melendo prescinde del reloj. "El resto de los días lo llevo por vestimenta, como la corbata". Melendo es director de terminales de Telefónica. Lleva 15 años en el área, vio venir todo, y ve lo que vendrá.

"El reloj fue uno de los primeros aparatos que se comió el móvil. Después llegó el despertador, no a la vez, porque la tecnología no permitía tener apagado el teléfono y que se encendiera con la alarma. El siguiente servicio fue la agenda de contactos, el listín telefónico. Cuando el móvil incorporó una pantalla más grande y a color, facilitó la organización de la semana y con ello eliminó la necesidad de una agenda electrónica. Eso evoluciona hacia la Blackberry", recuerda Melendo. "Incorporó el correo electrónico en cualquier parte y, además, entró en el ordenador de la oficina, coordinando agendas y correos".

Despertador y agenda, primeras víctimas de Telephonosaurius Rex. Siguiente víctima, cámara de fotos. Sus fabricantes vieron caer las ventas de los modelos con menos megapíxeles, y fabricaron con más megapíxeles, pero, en una carrera sin fin, los móviles también mejoraron su calidad fotográfica. "Este año se disparará la grabación de vídeo al incorporarse la alta definición al móvil. No hará falta una videocámara en el cumpleaños de tu hijo. El teléfono tiene memoria y calidad suficientes para salir del paso", dice Melendo.

Nokia, primer fabricante mundial de móviles, tiene un equipo de antropólogos dedicados a investigar y rastrear en lo que el homínido hace con su teléfono. "Trabajan para ayudarnos a entender el comportamiento y las necesidades del consumidor, y sus nuevas conductas", explica Katherine Gough, responsable del equipo de diseño de Nokia. "Luego decidimos si ese comportamiento emergente puede llegar a ser una actividad común o no, para diseñar los móviles en función de ello".

No hay descanso para el trabajo de los antropólogos. "A corto plazo la sustitución más clara es el GPS del coche. Los nuevos smartphones incluyen los mapas, y con la conexión permanente a Internet, es posible guiarte allí donde quieras ir. Google Maps ofrece en Estados Unidos la ruta en función del tráfico del momento y la información que recibe de los automovilistas, y todo eso es gratuito". Ya se notan las dentelladas a los aparatos GPS. En el último año han caído las ventas más del 12%.

En un mundo globalizado no hay muchas diferencias entre lo que sucede en una esquina del mundo y la otra, en Estados Unidos o en España. Incluso allí la penetración del móvil es inferior a la española (82% frente al 113%). "El smartphone y su uso para todo es una tendencia mundial imparable", suscribe Sebastián Muriel, director general del observatorio público Red.es.

Muriel destaca la efervescencia española con el insólito dato de que haya más líneas móviles que habitantes (53,1 millones contra 47), algo que ocurre en muy pocos países.

La popularidad y actividad con el móvil es la que acaba provocando la sustitución de servicios o la extinción de aparatos, siempre con resistencia más o menos numantina. Algunos mueren en la lucha, otros sobreviven, y los hay que renacen. Fue el caso de la telefonía tradicional con el advenimiento del ADSL -Internet rápido por el viejo hilo de cobre-, cuando la gente empezó a darse de baja de la telefonía fija, sobre todo en la segunda residencia. Aún así la línea fija llega al 80% de los hogares españoles, diez puntos menos que en 2002.

La desaparición de la PDA, la agenda electrónica, fue el caso más espectacular de muerte súbita; en cinco años pasó de imprescindible a inútil. "La estrategia de supervivencia de los aparatos que se ven amenazados, como la cámara de fotos y de vídeo, es la conectividad", explica Malengo. "Estamos viendo que las cámaras fotográficas integran wifi y bluetooh, con lo que permiten la impresión de las imágenes directamente en tu impresora o colocarlas en las redes sociales, con lo cual competirán no ya el móvil con la cámara sino la cámara con el móvil".

La sociedad va más rápido que las predicciones de los expertos. En febrero empezará a venderse la Lumix Phone, una cámara de fotos con teléfono, para más descaro del tamaño de un iPhone. La incorporación de la telefonía a la cámara le añade varios pluses: geolocalización automática de la foto -fecha, hora y lugar en que fue tomada- y la descarga en la red social que se prefiera.

En esa tendencia de renovarse o morir, hay relojes-teléfono, MP3 submarinos o marcos de fotos con las cámaras de tráfico de la ruta al trabajo.

¿Pero qué pasará mañana? "La cuestión no es qué es lo próximo que podrá hacer tu móvil, sino qué debería hacer y por qué", se pregunta la diseñadora Katherine Gough.

¿Sustituirá al mando del televisor? "No lo creo, quizás aquí ocurra al revés, que desde el televisor u otro aparato se dirija todo el ocio multimedia del hogar", augura Melendo.

¿Se leerán revistas y periódicos en el teléfono? "Habrá un impulso estas navidades", dice Melendo, "pero más en el iPad que en el móvil. En 2011 o 2012 será más factible leer en el teléfono porque saldrán terminales de pantalla desplegable, como el viejo Communicator de Nokia. Al abrirlo se convierte toda la superficie en una pantalla".

¿Pagos con el móvil? Ya hay pruebas piloto en España por parte de Telefónica con la tecnología NFC. En Japón es el medio de pago común en transporte público y máquinas de vending. Y luego están los pagos por SMS. Quizás en las sociedades desarrolladas sea solo un recurso para cuando no se lleva tarjeta, pero en países sin telefonía fija en zonas rurales y sin oficinas bancarias es una primera necesidad el pago y las transferencias a través de SMS. En Kenia, Zambia, India o Indonesia el mobile payment ha sido un avance fundamental.

"El siguiente paso es la movilidad del datáfono y la tarjeta del cliente", anuncia Melendo. "El sistema NFC también servirá para el acceso físico a tu casa o al trabajo sin necesidad de llaves".

El futurible de Melendo se convirtió hace un año en una realidad para Avel.lí Sanz y su mujer. Sus móviles son un llavero. "Con la conexión bluetooh abro seis puertas: aparcamiento, portal y puerta de mi casa, y aparcamiento, edificio y oficina de mi trabajo en Vic".

Sanz es director de mercadotecnia de BlueKey, una empresa dedicada a abrir y cerrar puertas con el móvil. "Hay muchas aplicaciones, pero útiles no tantas. Ante las novedades, la gente es reacia por principio, pero si demuestras que algo es útil y sencillo, acaba triunfando. Con el smartphone sucede algo singular: es motivo de conversación en cualquier cena o reunión. La gente se ufana de lo último que es capaz de hacer con su móvil. No hay mejor campaña propagandística".

A dos años vista, Melendo predice que el móvil llegará al entorno del hogar, con aplicaciones como la lectura de contadores, que se integrará en el móvil del vecino o en el operario, y recogerá con bluetooh los datos del gas, el agua o la electricidad. También se sustituirán los actuales terminales que llevan los camareros o los agentes de los parkings por el móvil.

Para Muriel, director de Red.es, la explosión del smartphone sería imposible sin las tiendas de aplicaciones, sin las aplis, un fenómeno que también se inventó Apple, hace dos años, y que luego emuló Google con Android Market. "Es la innovación abierta y constante, y además ajena a Apple y Google. Estas aplicaciones de terceras personas son las que facilitan que el smartphone cada vez haga más cosas", dice Muriel. "Los servicios de localización o la realidad aumentada llegan con las aplicaciones y están ahí, a la vuelta de la esquina".

O en el colchón de Florentino: "En mi iPhone llevo unas cuantas aplicaciones, como la del metro, que me va muy bien cuando me olvido de los transbordos; la del bicing, que me dice dónde tengo el aparcamiento más cercano y si está lleno o vacío; y otra aplicación para los cines. Escribo el título de la película y me destaca la sala más cercana donde la ponen y su horario, es más cómodo y rápido que mirar en el periódico o Internet".

La directiva de Nokia insiste en que "el enfoque de lo que se debería hacer, en lugar de lo que se podría, es lo que asegura que cuando se proponen nuevos servicios estén respaldados por una profunda comprensión de las necesidades y el comportamiento del consumidor".

De momento, quizás Vázquez cambie de novia, pero no de iPhone. "No soy un apasionado de la tecnología, pero no volveré a tener un móvil; con un smartphone gano mucho tiempo al día". En el caso de Sanz, seguirá trabajando por un mundo sin llaves, "porque el smartphone aún está infrautilizado". Vázquez y Sanz, dos buenos ejemplos de homóviles universalis para los antropólogos de Nokia.

Un fenómeno sin límites
- En España son más los móviles con banda ancha (32%) que los hogares con la misma conexión (21%), diez puntos más que la media europea, según Red.es.
- Al 19% de los españoles le gustaría tener un móvil de última generación, solo el 8% desea un nuevo televisor y casi nadie un iPod (2%) o un libro electrónico (1%), según Nokia.
- Uno de cada tres españoles ha cambiado su terminal en el último año; uno de cada cuatro tiene un móvil con dos años de antigüedad.
- Hace un año, el 15% de los españoles entre 15 y 35 años accedía con su móvil a Internet, hoy es el 30%, y solo un 5% tenía un terminal con pantalla táctil, hoy ya es el 29%.
- Los mayores de 60 años realizan 1,2 funciones de media con su móvil (llamar y SMS); los jóvenes, más de siete. Grabar vídeos y colocarlos en las redes sociales, la tendencia que más ha subido en 2010.
- La venta de teléfonos en España creció el pasado año solo un 1%. Sin embargo, la de smartphones subió el 25%, pese a la crisis. En el último trimestre, la venta mundial de estos terminales ha subido el 96%.

JAVIER MARTÍN 20/11/2010
EL PAÍS

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