martes, 5 de octubre de 2010

Europa gana por la mínima una Ryder Cup épica

El equipo europeo se impone por 14,5 a 13,5 a EE UU en una competición maratoniana, emocionante e igualada, marcada por la lluvia y que por primera vez en la historia termina en lunes.



Comentaba ayer un periodista de la BBC que la única manera de que esta Ryder Cup 2010 en Gales no fuese recordada por la lluvia, la suspensión del juego durante horas, la polémica sobre la idoneidad del lugar y la fecha y el final en lunes, por primera vez en la historia, era que Europa ganara y lo hiciese en el último partido, por la mínima y con toda la emoción y pasión de esta fiesta del golf. Guión cumplido al milímetro en una Ryder Cup celebrada en condiciones épicas y que se ha convertido en un maratón de cuatro días, tenso y espectacular, en el que al final Europa ha ganado por 14, 5 a 13, 5 a EE UU, en el último partido, en el penúltimo hoyo, cuando el estadounidense Hunter Mahan ha concedido el punto a Graemen McDowell tras una jornada no apta para cardíacos. La victoria de Europa, que ha ganado seis de las últimas ocho ediciones, la más ajustada desde Valderrama en 1997.



En una jornada soleada que hacía pensar a cualquiera que hubiera visto los días anteriores que estábamos en otro país o en otro planeta, y con un campo en un estado espectacular, los dos capitanes han puesto todo su empeño en marcar territorio en los primeros partidos de los 12 individuales con los que se decidía todo. La fiesta en un tee del uno completamente abarrotado y donde los aficionados coreaban hasta los swings de prácticas hacía olvidar que era lunes.


El día partía con una ventaja de tres puntos para los de Colin Montgomerie, que tenían que ganar 5,5 de 12. Lee Westwood, auténtico líder del bando europeo, salía y dominaba al principio a un Stricker que en los dos días anteriores había llevado en volandas a Tiger en los dos primeros partidos y había perdido estrepitosamente el tercero. Rehecho, sólido y luchador, el estadounidense ha hecho dos birdies y un eagle en el tramo decisivo (del 12 al 15) para dar el primer punto a EE UU.


A partir de ahí, puntos para cada uno de los dos bandos con dos ingleses, dos hombres Ryder en estado puro, Donald y Poulter, muy sólidos y ganando partidos decisivos para sumar tres puntos sobre cuatro para cada uno en esta Ryder. Por el lado norteamericano, Tiger (-9 en 15 hoyos), Mickelson y Johnson, hoy sí, ganaban sus partidos de individuales con solvencia después de haber estado más que discretos por parejas.


La presión de la Ryder
En las cábalas y cuentas que pronto han circulado, todo apuntaba hacia un final trepidante en los últimos partidos. Ahí el capitán Montgomerie ha puesto a dos hombres de su confianza: un Harrington que era la elección más polémica, que ha estado desaparecido y que no ha sido rival para Z. Johnson, y un McDowell que había demostrado en el US Open que ganó en Pebble Beach que sabía aguantar la presión.


Y vaya si lo ha hecho. Un magnífico Fowler, joven debutante, arrancaba medio punto ante Edoardo Molinari con tres birdies en los tres últimos hoyos, ponía a EE UU 13,5 a 13,5 y obligaba a McDowell a ganar su partido, porque el empate le daba la copa a EE UU como ganador en la última edición en Valhalla.


Mahan ha recortado diferencias en el 15, hoyo espectacular que ha centrado parte de la emoción de la Ryder, y se ha puesto a un hoyo del norirlandés, pero entonces ha salido el mejor McDowell que ha ganado el 16. Mahan, famoso por su competitividad y su agresividad, no ha podido con la presión, se ha quedado corto en la salida y ha hecho un salto de rana para quedarse corto de nuevo en el approach. Ryder para Europa y fiesta en el green después de todos los nervios, con Monty al fin relajado y Sergio García, que estaba como vicecapitán, exultante.


La importancia de cada medio punto
Pero si había un hombre feliz era Miguel Ángel Jiménez. Con un mal récord en Ryder Cup pero adorado por el público, el español ha ganado su punto con solvencia ante un pegador pero inconsistente Watson y ha elegido el momento perfecto para llevarse su primer partido de individuales en la competición. Su victoria daba a Europa un respiro ante la carga de EE UU.


Los norteamericanos siempre han dominado en los individuales y hoy lo han vuelto a hacer (seis victorias por cuatro de los europeos y dos empates) pero no ha sido suficiente gracias al juego el equipo y el empeño de Europa en determinados puntos o partidos con los que no se contaba o en los que no eran favoritos. McIlroy, que no ha hecho la Ryder que muchos esperaban, ha sabido agarrarse al campo y ha empatado en el 15 para no ceder más ante Cink y con grandes putts mantener el medio punto, al final esencial, para Europa. Ayer, en la jornada mágica en la que Europa ha cimentado su victoria, en una situación similar, los hermanos Molinari obtenían medio punto ante Cink y Kuchar que al final ha sido clave.


Después de la victoria, la explosión de júbilo en el green del 17, en la calle del 18 y en cualquier lugar para celebrar ante miles de aficionados que Europa, con un juego de equipo y con la capitanía acertada de Montgomerie, recupera en una Ryder histórica, extraña e inolvidable, la copa que perdió en Valhalla claramente hace dos años. Próxima cita: Chicago 2012.



JUAN CARLOS GALINDO - Madrid - 04/10/2010
EL PAÍS

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