La bolita del espía eficiente
Con forma de estrella de la muerte diminuta, la DVR Camball es una mini-cámara de vídeo con funciones de reproductor musical y almacenamiento de datos que viene que ni pintada para el espía (o voyeur) tanto profesional como amateur. Su forma esférica la hace ideal para disimularla en la cuenca ocular de un osito de peluche, en un racimo de uvas o hasta para esconderla en orificios corporales en caso de ser descubierto.
Dicha apariencia y tamaño, similar a una bola de ping-pong, la hacen una de las micro-cámaras más pequeñas del mercado, escalafón que también ocupa en el segmento de los reproductores musicales. Y viene con un cordel para colgarla al cuello y hacer reportajes con cámara oculta con el estilo que da un collar de diseño.
Su precio: 125 euros.
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