martes, 31 de julio de 2007

Un viejo cuento para el fin de semana ...

Dicen que una vez, el diablo, cansado de la monotonía de su existencia y solamente para hacer más divertido a sus ojos el mundo de los humanos, decidió sacar a la venta todas sus herramientas.
Cuentan que organizó una gran feria a la que llamó Las herramientas del Diablo y le puso precio a cada uno de los artículos que allí ofrecía.
Así fue como algunos que se sentían injustamente maltratados compraron el rencor y otros que no habían logrado ser queridos se hicieron con el odio. Los dirigentes de las naciones más poderosas se quedaron con el desprecio de las necesidades ajenas y un pool de banqueros se adueñó de toda la ambición. Así en un solo día, se vendieron los celos, la vanidad, el orgullo, la rivalidad, el deseo de venganza...
Todas las herramientas del Diablo pasaron a manos humanas. Todas, menos una...
En un pequeño taburete, quedó ofrecida una pequeña cuña de aspecto insignificante. El más costoso de todos los objetos ofrecidos.
-¿Por qué es tan cara esa simple cuña? -preguntaron sus acólitos al Diablo- . No parece capaz de hacer demasiado daño...
-Es verdad -contestó Lucifer-. No es capaz de hacer demasiado daño; Y sin embargo, es la única herramienta que nunca me ha fallado. Quizá por eso le he puesto tan alto precio.
Los súbditos del Diablo, lo miraron intrigados. Ninguno se animó siquiera a preguntar cuál era esa herramienta tan poderosa. Cuentan que desde entonces esa cuña es la única herramienta que ha quedado en poder del Diablo. Cuando todo lo que hacen los humanos no consigue doblegar el espíritu de alguien, él se ocupa de meter en cualquier rendija de su personalidad la cuña de la desesperanza...
Cuentan que si la persona no es capaz de expulsar de inmediato esa cuña, sin ninguna confianza en el futuro, su alma caerá a los pies del demonio en muy corto plazo.

posted by azzura

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