jueves, 6 de noviembre de 2008

El cielo en tu ojos

Niña Clara, es verdad lo que te dijo un anciano cuando ibas con tu abuelo en el autobús. "Niña", dijo, "has robado el color al cielo y te lo has puesto en tus ojos". Aquel cutis sonrosado, aquellos rizos y aquella sonrisa inmensa exigían unos ojos que fueran así, eternamente azules.

Se lo pediste al cielo, que se alegró de su regalo, mas al propio tiempo se entristeció y empezó a perder su propio color hasta llegar a un gris glauco de monotonía. Tú, al notarlo y antes de que cambiara del todo, le dijiste: "No te apenes porque podemos compartirlo".

Y el cielo volvió a reír nun ca más dejó de ser azul, como tus ojos.

por José Ramón Barriuso (Barcelona)

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