Miren bien a su izquierda. Un corderito lechal de estas tierras castellanas y recias, me voy a comer en cuestión de horas con unos amigos. Seguramente, uno de los que su madre haya oído las campanas de la Catedral de Burgos. Dicen fuentes populares y sabias, que esa es la distancia mejor de cría. Seguro, eso sí, que no habrá probado otra cosa que leche materna, de ahí lo de lechal. Confío que el maestro asador lo borde y podamos disfrutar a tope. Nos vemos.
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