las leves ondas que jugando riza
el sol besa a la nube de occidente
y de púrpura y oro la matiza.
La llama en derredor del tronco ardiente
por besar a otra llama se desliza
y hasta el sauce inclinándose a su peso
al río que lo besa, vuelve un beso.
Gustavo Adolfo Bécquer
El gran Becker. De sus Rimas y Leyendas ésta quiza sea de las más desconocidas y de las mejores.
ResponderEliminarSAMlu2