sábado, 22 de noviembre de 2008

HEROES DE NUESTRA PROPIA VIDA

La noche cayó sin previo aviso. La ausencia de la luna dejó ver las luces de casas, conventos e iglesias. Los ruidos de la noche se perdieron en los silencios de las calles dentro de la ciudad amurallada. A lo lejos tan solo una pareja se confesó su amor en secreto. Pero las paredes de la muralla dejaron escuchar hasta el más agudo de los silencios. Paredes testigo de encuentros cercanos al paraíso, que contagian e invitan al amor. Paredes llenas de historia. Paredes húmedas de la inmensidad del mar que golpea rítmicamente la playa del otro lado.

El calor se desvaneció lentamente como una vela que se derrite y se consume agónicamente. Calor impregnado en la ropa. Calor con sabor a sal que se desliza lentamente en el sudor de la frente. La escasa brisa del mar caribe asomó en leves ráfagas a sus caras y de paso al igual que las manos de él también acariciaron el pelo de ella. Su mirada se perdió en el horizonte mientras estaba ahí sentada y él se preguntó que estaría pensando cuando la vio, recostada en la muralla.

La pareja a lo lejos continuó su amor, y le robaron un beso al suspiro de su andar. Sus manos apretadas una junto a la otra se fusionaron entrelazando dedos, sueños, ilusiones, lágrimas y pasión. Así caminaron como perdidos, juntos de la mano en aquella noche de abril.

Quien iba a decir hace un año, que la vida misma les daría ese encuentro. Un “hola” le bastó a ella para saber -quién era él detrás de sus sueños y a él para saber quién era ella detrás de la luna que siempre la ha protegido-. Y así como suele suceder cuando se abre el corazón y se encuentra que el otro nos cobija y nos abraza, les nació el amor. Así se abrazaron con las palabras. Soñaron con la voz a distancia. Se miraron al corazón porque a los ojos no podían.

Hoy después de un año han descubierto que las historias las edifican ellos. Hoy son los héroes de su propia vida.

Posted by klimt

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