"Cuando surgió la Corte Penal Internacional, teníamos esperanzas que atara las manos de los criminales internacionales que abundan en el planeta tierra, porque considerábamos que servía de disuasivo a quienes están acostumbrados a pasar por sobre los derechos de los pueblos y a secuestrar, torturar y asesinar a cualquier ciudadano del mundo. Sin embargo, la potencia que se ufana de democrática y de impulsar políticas que garanticen la vigencia de los derechos humanos, es precisamente la que más pasa sobre ellos, los violenta a tal grado, que horroriza a la humanidad entera, sin que hasta el momento reciba la condena de las llamadas Naciones Unidas, ni mucho menos de gobiernos como el nuestro que tiemblan al estornudo del Presidente Bush y de la Condolezza. Las fotos, que una vez más circulan por el mundo gracias a la televisión australiana, dejan al desnudo la bestialidad que ayer y hoy han empleado los militares norteamericanas contra los seres humanos, no sólo en Irak, sino en los confines del mundo, donde no comparten la posición de los pueblos y consideran a los ciudadanos un atentado a sus mezquinos intereses...
...La política de los gobiernos de Estados Unidos, merece la condena del mundo civilizado y es tiempo ya que el mismo pueblo norteamericano reaccione contra los criminales que ha llevado al poder y contra cualquier práctica violatoria a los derechos más elementales de los seres humanos, sean éstos ciudadanos estadounidenses o no."
La tortura, atributo de los cobardes
Miguel Ángel Albizures
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