lunes, 12 de mayo de 2008

Con agua de mar, salitre y arena

Con agua de mar, salitre y arena
pintamos un día, con mucha cautela
un nuevo reencuentro que nos permitiera
medirnos de cerca.
Y nos acercamos tanto en la noche aquella
que ambos descubrimos con cierta sorpresa,
que el tiempo pasado no nos importaba,
que había esa noche dejando su huella
y que en el futuro habría otras noches
iguales de intensas.
De día anduvimos la ciudad entera
descubriendo el arte colgado en sus mecas,
cruzando sus puentes de aguas marineras,
comiendo en figones, contando tristezas
que los dos sabíamos vividas de cerca.
Pasamos más tarde
a contarnos todo nuestra vida nueva.
Hubo entre los dos muchas referencias,
recuerdos antiguos, ciertas sugerencias,
sueños no cumplidos, cumplidas ausencias.
Pero sobre todo ambos asumimos
que el punto de encuentro fueron mis carencias.

Siendo muy pocas las noches aquellas
fueron tan intensas, amables y llenas,
que al pensarlas hoy tan largas, tan bellas
ocupan mis noches de falsas estrellas
y para el futuro, si cabe la espera
habrá otras noches iguales de intensas.

“Siempre tendremos París.
Lo habíamos perdido pero lo recuperamos
cuando llegaste a Casablanca”.

Escrito por Musaraña
Benacazón 03.07.90

No hay comentarios:

Publicar un comentario