domingo, 10 de febrero de 2008

El soneto que mandó hacer Violante

Imagen: Violante de Tiziano
Parece una verdad ya irrebatible que Fuenteovejuna (1618) es el drama arquetípico de Lope de Vega: es el que con más frecuencia se enseña en los colegios y en las universidades, es el que más estudios académicos ha merecido, y es el que primero acude a los labios del lector no especia-lizado cuando de nombrar una obra del prolífico autor se trata.

Un año antes (1617) Lope había estrenado una comedia sin duda menor, titulada "La Niña de Plata", la cual es ignorada, en general, por los puntillosos índices de la mayoría de las historias de la literatura española. Sin embargo, esta obra casi olvidada incluye uno de los sonetos más célebres del autor, el soneto que —a modo de juego— se va explicando a sí mismo mientras se desarrolla, hasta coronar su exitoso final:

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

Lope de Vega

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