justo aliento de la tierra
derramándose en espigas, en abejas.
De esta tierra reseca
de sus áridos terrones
ha brotado fértil la semilla
y el campo se ha encendido.
Las laderas, los bordes del camino
amanecieron hoy distintos
porque llueve una lluvia de todos los colores.
Escrito por Musaraña
Benacazón, 10.05.1996
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