que nunca llegan.
Soñamos una gloria
que no deseamos.
Soñamos un nuevo día
cuando ese día ya ha llegado.
Huimos de una batalla
en la que deberíamos pelear.
Y sin embargo dormimos.
Esperamos la llamada
sin adelantarnos a ella.
Basamos nuestras esperanzas en el futuro
cuando el futuro no es más que vanos proyectos.
Soñamos con una sabiduría
que evitamos cada día.
Llamamos con nuestras plegarias a un salvador
cuando la salvación está en nuestras manos.
Y sin embargo dormimos.
Y sin embargo dormimos.
Y sin embargo rezamos.
Y sin embargo tenemos miedo.
N.H.KLEINBAUM
(EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS)
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