Era un mercader rico, pero muy viejo, que tenía una mujer joven y hermosísima, a la que él mucho amaba. Una noche entró un ladrón en casa del mercader, y su mujer, que estaba despierta, tuvo tanto miedo, que se metió en la cama de su esposo y le abrazó tan ricamente, que lo despertó. Entonces él vió al ladrón y le dijo: "Toma cuanto pudieres llevar y vete sin miedo, porque me has dado la dicha de que mi mujer me abrace".
Calila e DimnaVersión Castellana 1262
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