eludir sentimientos y sólo recordar,
sobrevivir apartando la niebla de los ojos,
penetrar el otoño de rojos increíbles.
Arroparse con un solo de oboe
- la música como único lenguaje –
un lecho de páginas en blanco
- pentagrama inventado de recuerdos –
No forzar los olvidos. No más nada.
Dejarse ir tranquilamente. Amémonos sin trabas,
y que mueran los otros de nostalgia.
Soñar que se recibe y transmitir
tejer un recuerdo como Ariadna
y escapar así del laberinto.
Escrito por Musaraña
Villajoyosa (La Vila)
05.09.1997
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