lunes, 19 de marzo de 2007

El Ciprés de Silos

Enhiesto surtidor de sombra y sueño,
que acomgojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza,
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saetade esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te ví, sereno, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales;

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.

Gerardo Diego (1896)

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