sábado, 6 de diciembre de 2008

EL ADIÓS

Entró y se inclinó hasta besarla
porque de ella recibía la fuerza.

(La mujer lo miraba sin respuesta.)

Había un espejo humedecido
que imitaba la vida vagamente.
Se apretó la corbata,
el corazón,
sorbió un café desvanecido y turbio,
explicó sus proyectos
para hoy,
sus sueños para ayer y sus deseos
para nunca jamás.

(Ella lo contemplaba silenciosa.)

Habló de nuevo. Recordó la lucha
de tantos días y el amor
pasado. La vida es algo inesperado,
dijo. (Más frágiles que nunca las palabras).
Al fin calló con el silencio de ella,
se acercó hasta sus labios
y lloró simplemente sobre aquellos
labios ya para siempre sin respuesta.

"A modo de esperanza" 1955
José Ángel Valente

2 comentarios:

margasala dijo...

Me han gustado, el problema es que la poesía más que leerla es aprenderla, pues hay que leer y releer. Que tengas un buen fin de semana, un poco triste y meláncolico, pasado por agua.

Anónimo dijo...

Hola Margasala. No veo que sea un problema leer y releeer poesía, más bien al contario, siempre es un placer. Hay que seguir en poeta y para ello, el fin de semana que me pintas puede ser ideal.