a M.L.Y un día, así sin más,
te descubrí las manos.
Las vi junto a las mías
que te entregaban tanto.
Se abrieron hacia arriba
y volaron tan alto,
que las sentí en mi boca
y mis labios en ellas se cerraron.
Supe de las caricias por tus manos,
y los latidos locos de mis dedos
a los tuyos pasaron.
Hay en mi piel ternura, desde entonces,
por tus manos.
“El Acebuche”. Doñana 04.11.88
Escrito por Musaraña
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